
No es extraño que la vida de Anne Lister (1791-1840) nos siga resultando fascinante a día de hoy. En una época en la que los roles sociales todavía estaban claramente delimitados, Lister fue terrateniente, escritora, viajera y, en resumen, una mujer que se atrevió a romper con los prejuicios de la sociedad británica del siglo XIX. Después de pasar una época viajando por toda Europa, Anne, que fue junto a su hermana Marian la única superviviente de cinco hermanos, regresó a casa con la intención de reformar la vieja finca familiar, Shibden Hall (en Halifax, Yorkshire), revitalizar las minas de carbón propiedad de su familia y casarse. Pero no planeaba contraer matrimonio con un hombre, sino con una mujer. Finalmente lo hizo, aunque sin reconocimiento legal, con la heredera Ann Walker. Conocida como la «primera lesbiana moderna», Lister también desafió toda convención relacionada con la sexualidad y las apariencias: vestía de negro de pies a cabeza con ropas de hombre, adoptaba maneras masculinas y no tenía reparos en ocultar sus relaciones con mujeres de la alta sociedad, alardeando de su poder de seducción y de su estilo de vida abiertamente lésbico hasta el punto de ser apodada Gentleman Jack. «Le debo mucho a este diario. Aliviando mi mente en papel siento como si en cierto grado me deshiciera de ella; parece hecho para un amigo que lo escucha con paciencia, lo conserva con lealtad, y al nunca olvidarse de nada, está siempre preparado para comparar el pasado y el presente, y así animar y edificar el futuro». Durante toda su vida, desde su adolescencia hasta su muerte, Anne Lister escribió numerosos diarios en los que recopilaba anécdotas o experiencias de su día a día y describía al detalle todas sus andanzas, incluyendo sus conquistas amorosas y sus técnicas de seducción, reflexiones sobre su condición sexual, sus preocupaciones financieras, sus actividades industriales o su trabajo en la mansión familiar de Shibden Hall. Pero no solo se centró en su vida privada; los diarios también proporcionan información detallada sobre los acontecimientos sociales, políticos y económicos de la época. En 2011, los diarios de Lister se agregaron al registro del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO, según el cual estos escritos, además de ser un valioso retrato de los tiempos de la autora, constituyen el «relato exhaustivo y dolorosamente honesto de la vida de las lesbianas y las reflexiones sobre su naturaleza, lo que ha hecho que estos diarios sean únicos». Traducidos por primera vez a nuestro idioma, los diarios de Anne Lister no solo han moldeado y siguen configurando la dirección de los estudios de género del Reino Unido y el resto del mundo; asimismo son una expresión de dignidad, una autoproclamación de la identidad y una reivindicación de la libertad todavía necesaria a día de hoy.
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