Victoria Mercer, irlandesa de 18 años, llega a Londres en 1820 para conocer a su marido, Alexander Saint-George. Hija del fallecido duque de Laois, su única heredera, Victoria contrae matrimonio a través de poderes con este apuesto y enigmático aristócrata inglés, que ve en aquel desigual matrimonio la oportunidad de hacerse con un título nobiliario de alto rango, y además, asegurarse su puesto en la cámara de los lores, ya que el ducado de Laois es uno de los veintiocho con representación en la cámara, asignados en 1800 a los irlandeses, cuando éstos firmaron el “Acta de la Unión” para pasar a formar parte del Reino Unido. Saint-George, el mayor de los cinco hijos de un prestigioso baronet, buscaba con ahínco un matrimonio que le facilitara un buen título a cambio de su enorme fortuna y la irlandesa, joven e inexperta, es la mejor opción posible. De esta manera, la duquesa de Laois llega a Londres donde se verá relegada a un rincón de su nueva casa, aislada de las actividades sociales y profundamente ignorada por un marido al que desconoce totalmente. Mientras ella es confinada a un segundo plano a la espera de concebir su primer heredero, el apuesto Alexander Saint-George pasea sus escandalosos amoríos por toda la ciudad con la esposa de un conocido diplomático ruso, relaciones que pronto le llevarán a mezclarse con una trama de corrupción y conspiraciones destinadas a derrocar a lord Liverpool, mano derecha del rey Jorge IV. Esta peligrosa trama política acabará acercando a Victoria y Alexander Saint-George, que aún contra sus propias convicciones, terminará uniéndolos irremediablemente y haciendo nacer en ellos un gran amor que les salvará y les cambiará la vida para siempre.