
«Es un error escribir sobre alguien con quien no se ha comparado al menos un tramo de la vida.» Es uno de los temas centrales de Los cínicos no sirven para este oficio, un libro «conversado» sobre el trabajo del periodista, sobre sus dificultades y sus reglas, sobre la responsabilidad de los intelectuales que, hoy en día, se dedican a la información. El gran reportero polaco Ryszard Kapuscinski (que estuvo en Italia en noviembre de 1999 con motivo de la VI Convención «Redactor Social») afronta las principales cuestiones vinculadas con la descripción de la realidad, en una época de grandes cambios políticos y sociales, y de revoluciones tecnológicas en el ámbito de la información. ¿Cómo contar la pobreza, el hambre, las guerras? ¿Es imprescindible tener motivaciones éticas para ser un buen periodista? ¿Qué relación existe entre realidad y narración? ¿Cómo moverse entre la investigación de la verdad y los condicionamientos del poder? ¿Es cierto que la televisión e Internet han cambiado definitivamente la forma de hacer periodismo? El libro incluye una entrevista de A. Semplici con ei escritor acerca de los acontecimientos que llevaron a la emancipación de África del dominio colonial, y un diálogo con el narrador y crítico de arte John Berger sobre el «ver, comprender y contar». «Un espléndido compendio de todos aquellos criterios que Ryszard Kapuscinski ha aplicado a lo largo de su carrera. Es un canto a la ética periodística y una referencia para ejercer el oficio de contar con una mínima dignidad» (Abe). «La lectura de cualquiera de sus textos es una lección» (Isabel Gómez Melenchón, La Vanguardia).
Author

Ryszard Kapuściński debuted as a poet in Dziś i jutro at the age of 17 and has been a journalist, writer, and publicist. In 1964 he was appointed to the Polish Press Agency and began traveling around the developing world and reporting on wars, coups and revolutions in Asia, the Americas, and Europe; he lived through twenty-seven revolutions and coups, was jailed forty times, and survived four death sentences. During some of this time he also worked for the Polish Secret Service, although little is known of his role. See also Ryszard Kapuściński Prize