
A veces para viajar lejos, lo único que se necesita es un gesto. Como en este caso, en que sólo hay que abrir esta pequeña joya y pasear por sus páginas. En su interior, nos aguardan llanuras inmensas, vacías y blancas, por las que vagan los osos… En este lugar tan alejado, vive un pequeño niño esquimal que nos va a dejar ver el mundo a través de sus ojos. Y cuál será nuestra sorpresa, cuando descubramos que los esquimales son capaces de distinguir mil blancos distintos, tan diferentes unos de otros, como el amarillo y el azul. Blanco gota, blanco copo, blanco nube… De una manera sencilla, la autora lusa Isabel Minhós Martins se acerca con este álbum al pueblo esquimal. Lo presenta en su faceta más cotidiana: en el interior de los iglús, recorriendo los paisajes helados o navegando en kayak. Pero no sólo descubriremos a un gran desconocido, como suele ocurrir con todas las minorías, además sentiremos el frío y el viento, los copos de nieve que se pegan a la cara… gracias a la magia de sus palabras.