Cuando la amiga de Ana se rompe una pierna, le pide un renunciar a sus vacaciones para sustituirla en su trabajo de niñera de dos gemelas. Al principio es duro pero, justo cuando le empieza a coger el tranquillo a eso de ser niñera, las dos diablillas suben a la habitación de su misterioso tío, a pesar de que lo tienen prohibido, y su incontinencia verbal le juega una mala pasada. Leo se ha refugiado en casa de su hermana tras el ataque furioso de una exnovia, para huir de la prensa y no tener que mostrar las secuelas del ataque. No obstante, la irrupción de sus sobrinas en su habitación mientras trabaja, seguidos de esa niñera sin pelos en la lengua, pone en jaque su aislamiento. Esa chica que ha conseguido lo impensable tiene todas las papeletas para ser una buena amiga y Leo no piensa dejar pasar la oportunidad de conocerla más. Ana, por su parte, también se ha empeñado en que esa nueva amistad funcione a pesar de los abismos que les separan y de la insistencia de todos en que una mujer y un hombre heteros no pueden ser amigos... ¿Conseguirán hacerlo funcionar si el sexo entra en la ecuación?