No es tan guapo como los True Detective, ni tan listo como Sherlock, ni tan elegante como Sam Spade. Con un cerillo enciende un cigarro. Cuando hay viento necesita dos. Al beige le llama «color blanco». Donde dice «jala», empuja. La del Oxxo siempre le abre la segunda caja. Asegura ser feo, pero de buen cuerpo. Es el Detective Malasuerte. Este torpe bravucón llega a Tijuana y descubre que es un estupendo solucionador de acertijos criminales. En ese momento comienza la gran aventura de su vida. Un expolicía llamado Tomás Peralta protagoniza Detective Malasuerte. A pesar de no ser muy brillante, logra resolver complejos casos de homicidio, secuestro y extorsión en la ciudad de Tijuana.