«En medio de la tormenta descubrí que el refugio más seguro no era una mano humana, sino la boca del lobo». Victoria de Vergara es una joven de la burguesía malagueña que lleva una vida monótona y llena de lujos, bajo el ala de su madre y su hermano mayor, dueños de una de las grandes ferrerías del paisaje industrial de la ciudad. Tiene diecinueve años y, como toda muchacha de su condición, está destinada a unirse en matrimonio con alguien de su entorno y clase social. Consciente de que ese momento está por llegar y de que no es ella quien ha de elegir a la persona con la que habrá de pasar el resto de su vida, asume el papel que le ha tocado desempeñar en la sociedad. No obstante, Victoria sueña con descubrir el amor y con el día en el que pueda tener voz para decir todo lo que piensa; aquello que los libros que tanto adora le han enseñado. Un día descubre que hay alguien dispuesto a escucharla. Alguien que pone patas arriba todo su mundo y que hace tambalearse los cimientos de su existencia: Julián Withmore, un joven terriblemente apuesto y de mirada irresistible, sobrino de Agustín de Herrera, íntimo amigo de su familia. Victoria y Julián se conocen en el entierro de don Agustín, en un día gris y tormentoso. Ella se enamorará perdidamente de él; de sus ojos azules y profundos como el océano, de su forma de tratarla; y él verá en Victoria cuánto desea. Pero las cosas no serán como ninguno de los dos esperan, y el camino que emprenden juntos les arrojará a una tempestad donde el amor y la amistad cobran un nuevo sentido. Sus destinos, a merced de la tormenta, cambiarán para siempre.