Texas, 1867 La vida de Matilda Tulstan ha cambiado drásticamente. De ser una heredera de una influyente familia sureña, ha caído en la desgracia y ahora trabaja duro para sobrevivir luego de perderlo todo en la guerra de Secesión. Su orgullo, aunque herido, sigue siendo su escudo y su espada, recordándole cada día la opulencia perdida. Huyendo de unos enemigos, acaba en Texas donde se emplea como sirvienta en el rancho más próspero del Estado. Todo iría bien hasta que descubre que el dueño es nada menos que Luke “Brazo de Hierro” Garrett, un cowboy que trabajó para su familia y que tuvo la osadía de pedirle matrimonio en el pasado y al que ella rechazó por considerarlo un muerto de hambre sin futuro y poca cosa para una fulgurante heredera como era ella. Ambos se vuelven a encontrar por causa de un destino caprichoso pero sus roles se han invertido. Él es el dueño de un imperio ganadero y ella una sirvienta. A Luke aún le resuena su orgullo herido por el rechazo de aquella vez y a Matilda, la humillación de verse en aquella posición donde “Brazo de Hierro” no duda en tomar ventaja. Sin embargo, el amor, como el desierto, tiene sus propios caminos, y la cercanía forzosa atrae un duelo de voluntades pero también una historia de amor y redención en el salvaje oeste.