El viejo celoso es un entremés que Miguel de Cervantes compuso como parte de su producción teatral breve, dentro de un género que solía representar situaciones cómicas, costumbristas y con una fuerte carga satírica. En esta pieza, Cervantes toma como base el tema del matrimonio desigual, donde un hombre mayor y extremadamente celoso se casa con una mujer joven y, en su intento por mantenerla bajo un control absoluto, termina siendo objeto de engaño y burla. La trama sigue a Cañizares, un anciano posesivo que mantiene a su esposa, Lorenza, encerrada y vigilada para evitar cualquier posible infidelidad. Sin embargo, la joven, con la complicidad de su criada Cristina y su vecina Hortigosa, encuentra la manera de burlar las restricciones de su marido. La obra desarrolla un juego de doble sentido y picardía en el que las mujeres logran ridiculizar al esposo, invirtiendo los roles de poder dentro del hogar. El lenguaje de la obra resalta la viveza de los diálogos y el humor cervantino, que se apoya en refranes, exageraciones y situaciones grotescas para subrayar el absurdo de los celos desmedidos. A través de su estructura ágil, el entremés evidencia la hipocresía social y el tratamiento de la mujer en una sociedad que la sometía a matrimonios forzados y a la voluntad de maridos mucho mayores. Uno de los aspectos más interesantes de El viejo celoso es su conexión con la novela El celoso extremeño, también de Cervantes. Ambos textos abordan la misma temática, pero mientras en la novela el tono es más reflexivo y con un desenlace trágico, el entremés opta por una resolución cómica en la que la astucia femenina triunfa sobre la rigidez masculina. Más allá de su carácter humorístico, la obra también funciona como una crítica a la autoridad masculina y al absurdo de las restricciones impuestas sobre las mujeres. La manera en que Lorenza y su criada juegan con la ingenuidad del anciano subraya la ironía con la que Cervantes trata estos conflictos, mostrando que los intentos de control excesivo solo conducen a la burla y al ridículo. A pesar de haber sido escrito en el siglo XVII, El viejo celoso sigue siendo una obra relevante por su retrato de las dinámicas de poder dentro del matrimonio y su crítica a la obsesión por la posesión y el honor. Su estructura breve y su ritmo dinámico lo convierten en un ejemplo magistral de la capacidad de Cervantes para mezclar comedia, crítica social y profundidad psicológica en un espacio reducido.