Maxi va a la escuela, a catequesis y, también, a los boy scouts. A diferencia de otros chicos de su entorno, no toca el piano ni aprende ningún idioma en ninguna academia. Juega al ajedrez en su casa y en la escuela. Los días de semana cruza a la plaza para enfrentarse con sus enemigos de toda la vida en partidos de fútbol que solamente determinarán por cuánto perderán. Maxi parece notar las diferencias entre esas instituciones y las otras, las que no ve de cerca. Pero se involucra para buscar algo que, dicen, hay que buscar en todas ellas. Nadie le dice qué. Solamente sabe que lo obligan a lanzarse a la búsqueda. El profesor de ajedrez Petrovsky, sus compañeros de fútbol, su hermana genio, sus padres y sus enemigos con talento, entre otros, impulsarán los cambios fundamentales de la visión de su contexto. Un relato sobre diferentes realidades, la amistad, la educación y el hallazgo de los valores. Después de Los abandonados y Las garras del niño inútil, esta emotiva novela, ágil, llena de gracia, corona las vivencias de Maxi en la etapa de su infancia. Con En verdad quiero verte, pero llevará mucho tiempo se cierra esta trilogía no convencional que ha conmovido a lectores de todos los estratos sociales y edades.