Cuando la bella y delicada lady Susan Wellesley falleció en un intento de huir con su amado, Arthur Wellesley, duque de Lancaster, perdió la razón al enterarse de lo ocurrido con su única hermana. Decidido a cobrar venganza, se convence fácilmente cuando le es revelada la supuesta identidad del culpable. Lady Claire Bradbury, una de las damas más arrebatadoras de la temporada y hermana del libertino que habría propiciado las circunstancias del trágico destino de Susan, se ve envuelta en un misterioso cortejo por parte del duque de Lancaster, sin conocer las verdaderas intenciones del hombre. Sin embargo, las cosas no resultaron como Arthur planeaba y, a pesar de luchar contra sus propios sentimientos, el temperamental duque demonio se había descubierto irremediablemente enamorado, obligándose a tomar una importante decisió continuar hasta el final con su venganza o rendirse ante el amor. Segundo «SERIE VENCIDOS POR EL AMOR» Libro 1: La rendición del duque de Devon - Kelly Harpper Libro 2: Un corazón para el duque de Lancaster - Alma Lawson Libro 3: La herencia del duque de Gloucester - Laura A. López Libro 4: Seduciendo al duque de Wellington - Dayah Araujo

Lady Helena Wellesley siempre supo que su destino estaba enlazado al matrimonio. Enamorada desde pequeña del mejor amigo de sus hermanos, no pensó en otro candidato más adecuado para marido que en el primogénito de los condes de Essex. Sin embargo, su plan para convencer al susodicho de que ella era la joven más conveniente para esposa, se ve saboteado por la intrusión del insufrible amigo de su cuñado. Lord Alexander Gordon maldijo el día en que heredó un título en ruinas, porque en su intención de salvar lo poco que le quedaba, se encuentra con una situación que lo arrastra siempre hacia las calamidades. Y su primer y más recurrente problema, es la cuñada de su mejor amigo. Helena tiene suficientes motivos para descartar a Alexander como «un candidato adecuando», y Alexander prefiere mantenerse bien lejos de la familia de Helena para evitarse más disgustos, pero las situaciones diarias los hacen comprender que, a pesar de todo, no puede esquivarse lo que el destino ya tiene trazado. ¿Será Alexander el candidato perfecto que Helena siempre ha buscado?

Cuando una misteriosa mujer se aparece en el Fortune Club, desafiándolo a una partida de whist, John Wellesley no pudo decir que no. Intrigado por descubrir qué le pediría si ganaba, se dejó vencer con facilidad, para luego escuchar la petición de tan atractiva dama. Sin embargo, decir que se había sorprendido con las palabras de la joven, era insignificante en comparación a la conmoción que sintió cuando se desnudó frente a él. John no era ningún santo, y sus demonios habían aullado como nunca antes, cuando la contempló como Dios la trajo al mundo. ¿Y quién era él para negarse a semejante ofrenda? Violet Montgomery, una joven huérfana de madre, debía soportar los desplantes y desprecios de una madrastra que la detestaba y una media hermana que siempre la molestaba. Que su hermana menor se comprometiese antes que ella, y con el hijo de un duque, había empeorado la situación, por lo que desesperada, recurre a su única opción para escapar de su prisió decide buscarse un marido en el lugar menos apropiado del mundo y de una forma tan descabellada, como su idea de ofrecerse como trofeo, para luego reclamarle matrimonio a un completo desconocido. Pero todo se sale de control, cuando descubre que, el afamado prometido de su hermana, era el mismo hombre a quien se había entregado.

En un acto desesperado por no decepcionar a su familia, lady Vanessa Craven comete un grandísimo error que arruina la cooperación comercial entre su padre y el conde de Essex. Además, su madre la desprecia por no concretar aquel crucial compromiso que los habría salvado de la ruina, y se desquita, revelándole que era una bastarda a quien detestaba profundamente. En esas condiciones, veía improbable por no decir imposible, encontrar un esposo adecuado que la aceptara. Estaba arruinada. Cameron Murray acababa de hacerse cargo del legado familiar tras la muerte de su padre. Sin embargo, seis meses después, un testamento le revela las condiciones que estipuló su antecesor para no desheredarlo y que el manejo de Blair Atholl pasara a manos de un primo lejano. Debía casarse. Se había cansado de buscar una mujer adecuada, que reuniera todos los requisitos que su alocado padre había escrito a detalle en aquel estúpido testamento. ¡¿Dónde encontraría a una joven así en tan poco tiempo?! Estaba jodido. Sin embargo, en una visita a Inglaterra, su buen amigo le sugiere la solución perfecta para todos sus problemas. Lancaster tenía a la dama indicada para ser su esposa, y él solo debía concretar los detalles con su padre, que, para su fortuna, estaba al borde de la ruina. Lady Vanessa necesitaba un nuevo hogar y Cameron una esposa. ¿Qué podía salir mal de un matrimonio para el beneficio de ambos?